Evita estos 5 tipos de jengibre: ¡ni los agricultores los comen!

Resulta que existen ciertos tipos de jengibre que es mejor evitar. ¡Ni siquiera los agricultores los comen! Por eso, es importante saber identificar el jengibre de buena calidad y evitar aquellos que pueden ser perjudiciales para la salud.

El jengibre es un ingrediente ampliamente utilizado en nuestra cocina diaria. Se emplea para eliminar el olor a pescado, potenciar el sabor de la carne y preparar diversas recetas como sopa de jengibre, té de jengibre y caramelos de jengibre. Se puede decir que es un ingrediente imprescindible en la cocina de cualquier hogar.

Sin embargo, a la hora de comprar jengibre, es fundamental saber distinguir el que es de buena calidad del que podría estar contaminado o haber sido tratado con sustancias químicas peligrosas. A continuación, te enseñaremos cómo identificar el jengibre tóxico y elegir el mejor.

1. Observa el color del jengibre

El jengibre que encontramos en el mercado puede presentar diferentes colores. Algunos son terrosos y moteados, mientras que otros son de un amarillo brillante y atractivo. En general, el jengibre de mejor calidad suele ser de un tono amarillo oscuro.

Debes evitar comprar jengibre con una piel demasiado brillante. Dado que el jengibre crece en la tierra, su piel no puede ser naturalmente lisa y reluciente. El jengibre de buena calidad tiene una piel rugosa, de un color amarillo claro con restos de tierra. En el caso del jengibre viejo, el color suele ser más oscuro y tirando a amarillo profundo. En cambio, el jengibre joven tiene un tono más claro.

Si ves jengibre con un color excesivamente brillante, lo más probable es que haya sido tratado con azufre. Este tipo de jengibre ha sido sometido a un proceso de ahumado con azufre para mejorar su apariencia, pero no es seguro para el consumo.

2. Frota la piel del jengibre

Otra manera de identificar un buen jengibre es frotando su piel. El jengibre fresco tiene una piel firme y adherida a la pulpa, mientras que el de mala calidad se desprende con facilidad. Si al frotar la piel con los dedos esta se desprende en grandes cantidades, es posible que el jengibre haya sido sumergido en agua o tratado con azufre.

3. Prueba con el método de los “tres pellizcos”

Otra técnica sencilla es presionar suavemente el jengibre con los dedos. Si se siente firme y compacto, significa que está fresco. Por el contrario, si notas que la piel está arrugada y blanda, el jengibre probablemente sea viejo y de mala calidad.

Si al presionar el jengibre sale agua, no lo compres. Esto indica que ha sido sumergido en agua para que parezca más fresco o ha sido tratado con sustancias químicas. El jengibre de buena calidad nunca libera líquidos al ser presionado.

4. Parte el jengibre en dos

Al comprar jengibre, puedes partirlo por la mitad para observar su interior. El jengibre fresco tiene un color amarillo brillante y una textura jugosa, mientras que el jengibre podrido presenta un color negro o gris. Además, si el interior del jengibre luce seco y sin jugo, es mejor evitarlo.

5. Elige jengibre viejo con brotes

Si estás buscando jengibre viejo, una buena señal es la presencia de pequeños brotes en su superficie. Esto indica que el jengibre está vivo y conserva su sabor picante y propiedades medicinales. Sin embargo, si los brotes son demasiado grandes, significa que ha consumido demasiados nutrientes y su calidad se ha visto afectada.

El jengibre viejo suele ser de un tono amarillo oscuro o marrón, a diferencia del jengibre joven, que tiene un color más claro.

6. Huele el jengibre

El jengibre fresco tiene un aroma picante y característico. Si el jengibre desprende un olor a moho o a azufre, es señal de que su calidad no es buena y podría estar contaminado. Consumir este tipo de jengibre puede afectar tu salud.

¡Cuidado con el jengibre podrido!

Existe un dicho que dice: “El jengibre podrido no sabe a podrido”. Esto significa que el jengibre que ha comenzado a deteriorarse puede no mostrar signos evidentes de descomposición en su sabor. Sin embargo, es peligroso consumirlo.

El jengibre podrido puede generar una sustancia llamada “safrol”, que está clasificada como un compuesto precursor en los “Reglamentos de Gestión de Sustancias Químicas Precursoras”. El consumo excesivo de safrol puede inducir enfermedades graves y representar un riesgo para la salud.

Si el jengibre en casa se ha echado a perder, en lugar de comerlo, puedes usarlo para remojar los pies. Esto ayuda a mejorar la circulación sanguínea y a combatir el frío, pero nunca debe ser consumido.

Cómo conservar el jengibre por más tiempo

Para evitar que el jengibre se seque o brote demasiado rápido, sigue estos consejos:

  1. Evita que se moje: No laves el jengibre antes de almacenarlo. Su piel debe permanecer seca para evitar la descomposición.
  2. Usa una caja de cartón: Coloca el jengibre en una caja de cartón y esparce una capa fina de bicarbonato de sodio sobre él.
  3. Cúbrelo con papel o tela seca: Usa toallas de cocina, periódicos o telas viejas para cubrirlo y absorber la humedad.
  4. Evita la luz directa del sol: La exposición al sol seca la piel del jengibre y afecta su sabor y frescura.
  5. Almacénalo en un lugar fresco y ventilado: La temperatura estable evita la descomposición y la germinación del jengibre.

Siguiendo estos consejos, tu jengibre se mantendrá fresco por meses, como si acabara de ser cosechado.

Ahora que conoces estos métodos, asegúrate de comprar siempre el mejor jengibre y evitar los que puedan ser perjudiciales para la salud. ¡Comparte esta información con tu familia y amigos para que también puedan elegir jengibre de calidad!