Si una luz LED está rota, no la deseches de inmediato. Con solo un lápiz, puedes intentar repararla tú mismo. Esto no solo es más económico, sino que también puede resultar en un mejor efecto. Actualmente, tengo dos bombillas en mis manos: una funciona bien y la otra está rota. No es necesario tirar toda la lámpara si el problema está en la luz LED.
La reparación de una lámpara LED no es complicada. Podemos hacerlo nosotros mismos si identificamos correctamente la parte defectuosa y reemplazamos o corregimos los componentes necesarios. Primero, apaga la corriente y retira la lámpara del casquillo. Luego, observa que en la unión de la pantalla de la lámpara no hay un anillo de pegamento. Si presionas con las manos, notarás una pequeña separación. Esta se puede ampliar fácilmente girando la pantalla ligeramente, permitiendo así que se retire sin mucho esfuerzo.
Una vez abierta la lámpara, verás muchos pequeños diodos o ‘perlas de luz’. Cuanto mayor sea el vataje de la bombilla, más perlas de luz habrá. Cuando la bombilla deja de iluminar, generalmente se debe a que uno o más de estos diodos están quemados. Lo interesante es que, por lo general, solo uno de estos pequeños diodos está defectuoso, mientras que los demás siguen en buen estado. Sin embargo, como están conectados en serie, si uno falla, toda la cadena dejará de funcionar. Por lo tanto, nuestro principal objetivo es identificar cuál es el diodo defectuoso.
Para esta tarea, necesitamos una herramienta sencilla. Prepara cinta aislante y unas pinzas pequeñas. Cubre las puntas de las pinzas con cinta aislante para evitar cortocircuitos. Luego, vuelve a colocar la bombilla en el casquillo y enciende la corriente. Con las pinzas, toca suavemente cada uno de los pequeños diodos para comprobar cuál está fallando.
Si al tocar un diodo no ocurre nada, pasa al siguiente. Pero si al presionar uno, la luz parpadea o se enciende, entonces has encontrado el diodo defectuoso. Haz varias pruebas para confirmar. Una vez identificado, márcalo para no perderlo de vista. Después, utiliza una herramienta adecuada para retirar cuidadosamente el diodo dañado. Una vez fuera, raspa la superficie con un cuchillo pequeño para dejar expuesta la parte metálica del circuito.
Ahora viene la parte interesante: toma un lápiz y raspa un poco de su mina para obtener polvo de grafito. El grafito es un buen conductor de electricidad. Espolvorea este polvo sobre la parte metálica donde estaba el diodo defectuoso. Luego, corta un pequeño trozo de cinta adhesiva del tamaño adecuado y colócalo sobre el área con el polvo de grafito. Presiona con una herramienta para que quede bien adherido y asegúrate de eliminar el exceso de polvo alrededor.
Este método crea un puente conductor temporal que puede restaurar la conexión eléctrica y permitir que el resto de los diodos funcionen correctamente. Una vez realizado este paso, vuelve a montar la lámpara y pruébala. Verás cómo la luz vuelve a encenderse, brillante y eficiente.
Este proceso de reparación puede aplicarse no solo a bombillas, sino también a linternas, pantallas exteriores, televisores, luces de tráfico, luces traseras de automóviles, rótulos luminosos de tiendas y sistemas de iluminación interior. Algunos de estos productos pueden costar desde decenas hasta cientos o incluso miles de dólares. Es lamentable que muchas personas los desechen cuando dejan de funcionar, sin saber que pueden repararse de manera sencilla y económica.
Ahora sabes cómo hacerlo tú mismo, sin gastar dinero y prolongando la vida útil de tus dispositivos LED. Esto no solo ahorra dinero, sino que también reduce el desperdicio y contribuye al cuidado del medio ambiente. Aunque el proceso es sencillo, ofrece una gran lección sobre el valor de la reparación y la reutilización.
Así que la próxima vez que una luz LED deje de funcionar, recuerda este método y dale una segunda oportunidad antes de decidir desecharla. ¡Tu bolsillo y el planeta te lo agradecerán!